Ahora soy esclava del silencio que nunca quise romper
y necesito devolver todas las palabras que decidí callarme.
Que me remueven las entrañas las verdades que no me paré a escuchar.
Palabras candentes que se derraman a borbotón por las heridas,
en una hemorragia de sentimientos que no pueden contenerse
Dejando en la boca el sabor de la sangre,
tiñendo a su antojo de rojo a su paso.
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